Insisto en Que vengas a dónde yo estoy y te acurrucas a mi lado. Te Quedas dormido y pienso Que alguna vez pensé Que esto jamás ocurriría, Que todo lo Que yo soñaba jamás lo conseguiría. Tú eres más Que eso. Duermo, duermo a tu lado y siento Que eres lo más bello Que me ha pasado nunca, Que eres lo más grande de mi vida y Que no podría permitirme perderte…
Entonces despierto y no estás. Estoy en mi habitación, otra vez… De repente, me fijo y veo Que está como hace un año, me fijo Que está como aQuella mañana del anterior Agosto Que viví.
No entiendo Qué pasa, las cosas están como antes, las cosas vuelven a su sitio… un sitio en el Que ya no me gusta Que estén, porQue no estás tú y ellas tampoco.
Sigo pensando, camino por mi casa y hablo con mi padre… Tuve un sueño extraño, le dije. Se lo cuento y me pregunta Que cómo preferiría vivir. Le contesto Que yo ya había hecho mi vida en ese año, y que quería Que tú siguieras en mi vida. Esa noche casi no consigo dormir… Pienso en Que tú no te acordarías de todo el tiempo Que vivimos juntos, de ese tiempo Que no sabía dónde se había Quedado. Pasan los días, mis anteriores amigas me llaman, pero yo no Quiero salir, sólo Quiero pensar en ti y en lo Que habíamos vivido, en ésos 7 meses había sido la mujer más feliz del mundo… Con problemas, sí, pero feliz.
Y ahora, ¿Qué debía hacer?…
Salí una tarde a casa de mi abuela, ya no Quedaba otra. Me encontré contigo por el camino, te paraste, me miraste y saliste corriendo escalera abajo… Te llamé, me miraste y seguiste corriendo. No Quise seguirte, pensé Que Quizá lo hiciste pensando en Quién será la loca ésta Que encima me llama por mi mote, cómo si te conociese. Sí, te conozco, aunQue no en vida… Te conocí una vez en sueños, aunQue tú no me habías dejado.
Ese encuentro no fue, para nada, el último. El destino nos seguía uniendo… Algo me ocultabas, lo sabía, te conocía.
Un día sentí Que debía decírtelo, y cuando te encontré no tuve valor, agaché la cabeza y una lágrima recorrió mi mejilla. Me paraste… Me dijiste: Hace unas semanas soñé contigo… y te contesté: desde ese día no puedo dejar de pensar en ti. Nos sentamos allí, donde muchas veces en aQuél sueño estuvimos, al lado de la puerta de tu casa hasta las tantas de la noche… Donde justamente descubrí Que no te Quería simplemente como a un amigo. Me contaste el sueño… daba la casualidad Que era aQuello Que pasó esos 7 meses tan felices y a la vez no tan felices de mi vida.
Te conté Que yo había soñado lo mismo… Y te besé, te besé como aQuella primera vez lo hice en aquél parque bajo la lluvia. Cerraste los ojos, al igual que yo, y nos dejamos llevar…
Cuando abrí los ojos estaba en tu cama, junto a ti, acurrucadita…
«Cariño», te llamé… «Dime, vida», contestaste… «Te amo»… Y nos volvimos a dormir hasta Que el día amaneció.
Aún así, sigo echando una cosa de menos de la vida Que tenía antes de esa rara mañana de Agosto.
Desvaríos de mis desvaríos